Cállate la boca Carla.

- Cállate la boca, Carla… cállate la boca.

La madre tiene el pelo negro, melena larga y lisa, muy lisa. Está sentada en la fila de delante, al lado hay una niña.

Hay una claridad que ciega en el autobús. La niña llora. El autobús está casi vacío.

- Cállate la boca, me estas poniendo negra. Te he dicho que te calles. La madre la agarra del brazo y la tira hacia ella, contra su cuerpo. Tiene los brazos fuertes, y un tatuaje, un tribal justo donde termina la manga de su camiseta. Lleva un pañuelo en la mano izquierda.

Pasa un patinador ataviado de protección hasta las cejas por el carril bici . El cristal está sucio, alguien apoyó su cabeza grasienta.

-Te estás portando mal y lo sabes… cuando lleguemos a casa te voy a poner morada… como no calles… la madre tiene la cabeza metida en la oreja de la niña y la agarra con fuerza. Sigue susurrándola. La niña llora más.

- Cállate la boca. Aumenta el volumen. El cable de mis auriculares baja desde mis orejas, cuello, escote tripa.

La niña acerca una mano al asiento que tiene delante. Hay una marca roja en ella. Gime.

- Te he dicho que te calles, como no te calles nos vamos a bajar y vas a subir hasta Intxaurrondo andando.

Se acerca otra vez a la pequeña mete el morro entre sus pelos y su oreja. La escupe con disimulo. – Cállate o la vas a tener, me tienes contenta. Cariño, cállate la boca, ya sabes lo que te espera. Te voy a poner morada, ya lo verás. – Se lo dice susurrando. Mi ipod está apagado. Tiene la mandíbula desencajada. Es una cara femenina con rasgos masculinos. Ojos de mirada fría. Luce un anillo en su dedo pulgar de la mano derecha y otro en el anular. Abre y cierra el puño insistentemente, mueve sus dedos con impaciencia.

- Cállate.- Sigue llorando. Con el pañuelo le quita los mocos. El pañuelo se frota fuerte en su piel, la irrita. La trae hacía sí con un empujón y le tapa la boca. Tiene la mano grande. La madre aparta la mano llena de babas y de mocos. La niña se aparta. Respira ahogada, entre sollozando. El autobús da una fuerte curva. La inestabilidad la choca contra el cristal. Llora aún más.

- ¡Cállate la boca! ¡Cállate la boca, te he dicho que te calles! Por tu culpa vamos a subir hasta casa andando. Estas molestando a la gente. – Cada vez grita más. Coge su bolso y le da al pulsador. Se enciende la luz “parada solicitada/geldialdi eskatua”. Lleva unos vaqueros y una camiseta blanca. Su brazo atrapa a la niña con brusquedad. La lleva al aire hasta la puerta. Han subido dos ancianas. Empuja a la niña y la saca arrastras. El autobús arranca. La niña recibe un azote en el culo. La hace retorcerse. Tiene 2 años recién cumplidos. Pelo rubio ondulado. Le queda una hora de camino hasta casa.