A veces pierdes

Escucho voces y risas que suenan a lo lejos, que suenan en pasado y se vuelven al presente distorsionadas. Siento impotencia y dolor al saber que estas al otro lado de esta muralla y no puedo verte, ni escucharte, sólo te siento en mi imaginación. Mi cabeza se apoya en ella, mi mejilla en la fria pared para estar más cerca de tí, para averiguar si estarás a la par en el otro lado, si se siente algo de tu calor transpasado, si tu olor llegará por algun resquicio, por algún agujerito. Vuelvo a olerte, fruto de mi imaginación y paso mi mano por detras de tu oreja entrelazando mis dedos en tu pelo, acariciándolo suavemente, como solía hacerlo, léntamente, a conciencia, sintiendo lo que sentías y uniendome a tus estremecimientos. Agarro con firmeza tu cabecita y la traigo hacía mí para besarte en la comisura de tus labios, en cada una de ellas, mi lengua arrastrándose tímidamente en lárgos paseos de un lado a otro. Y tu voz resopla en mi oído, siento tu aliento, dulce, como siempre, agradable, tierna, a veces rasgada de placer y de locura. Aspiro profundamente pero otra vez el aire es frio y húmedo y ya no huele a tí y mi imaginación se esfuma, me encuentro sola una vez más, ante esa pared que se me hace inmensa cuando tu risa cínica suena en mi.