una reflexión existencialista sobre la indignación (o algo parecido)

¿Quienes somos? no somos nadie, así dirían algunos: esos seres nocturnos que gastan por la noche y duermen de día. Así es como nos ven.

En realidad somos millones de jóvenes que o bien, nos toca la lotería, una gran herencia, una pareja rica, un gran contrato de trabajo (utopías por las que le da a una por soñar) o nos sometemos a una hipoteca (si te la dan) de por vida que nos consume más de la mitad de nuestro salario. Sueño: mejor dicho casi el salario entero comprendiendo por salario los mil euros justos que puede llegar a cobrar una persona joven eso sí "que tenga estudios superiores (de los más superiores que se pueda) unos cuantos masters (cuanto más caros mejor), experiencia de unos 3 años mínimo y buena presencia!"

Estoy indignada, indignada de que la gente se queje y no haga más que quejarse y que encima, cuando tiene la oportunidad de expresar su malestar sin tener que someter a los que le rodean a una angustiosa tarde de café, se escabullen.

También me indignan esos padres y abuelos que dicen que qué majo es su niet@, y que ha estudiado mucho y muchas cosas y el/la pobre todavía está de becari@ y a ver cuando se va de casa que ya tendrá ganas, pero que cuando hablan de jóvenes en general, de esos piltrafillas anónimos, los describen en una sola palabra: vagos.

Somos vagos desalmados concienciados de que si no trabajas nadie te va a dar nada, de que no nacimos con hilos para que alguien nos moviera, de que si no nos peleamos nosotros nuestros abuel@s no tendrán una residencia en condiciones, lo cual nos vuelve al tema: un sitio para vivir dignamente.

Podría decir muchas cosas más… pero estudio, y… a veces trabajo y… hay que cuidar a los que te rodean y cuidan de ti, y…protestar aunque sea en silencio y… sacar tiempo para pensar en estas cosas y ponerlas en orden, o intentarlo al menos.

Escrito por una… nadie, vaga, desalmada, fiestera, dormilona, piltrafilla... una joven.