arratetxo: Pienso que le dijo que pensó... o pequeño tomate
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16 marzo 2007

Pienso que le dijo que pensó... o pequeño tomate

Un día la becaria de la secretaria del director dijo mirándose las uñas llenas de mugre:
- ¿Sabes? me dejeron que Ana tiene cinco hermanas, que tienen nombres extraños. Son la Chacha, la Cheche, la Chichi, la Chuchu y la otra no me acuerdo cómo se llamaba... -Y siguió limándoselas con mucho esmero y poca pracisión.
- ¡¡Chocho!!- gritó la ayudanta de la becaria de la secretaria del director, mientras el director abria la puerta tras ella.
- ¡Qué palabras tan soeces escupe su sucia boca señorita! parece mentira que pueda vomitar esas blasfemias sin el menor reparo de quién entra en un lugar tan pulcro como este. Lugar armonioso, cuidado y puro que como bien clarito acaba de quedar no es de su merecimiento.- Dio media vuelta y volvió a entrar en su despacho donde en ese momento empezó a sonar el teléfono. Mientras, en el antedespacho la secretaria hacía su aparición. La ayudanta de la becaria de la secretaria del director le transmitió su profundo pesar por la reciente confusión. Y ésta decidió aclararlo con su inmediatamente superior.

Abrió la puerta de golpe en el instante en el que el director la espetaba con un - ¡Será hija de puta! - el señor le colgó sin un "adiós" a su hermana que acababa de convencer a su tío abuelo por parte de madre para que borrara de la herencia millonaria a ese hijo bastardo que se dedicaba a publicar cartas que le enviaba la gente vulgar para quejarse de los honorables mandatarios de su ciudad. Mandatarios que la hermana se había tirado sin ningún escrúpulo y mucho gusto, pues a cambio recibía placer y cuantiosos suculentos regalos pagados del bolsillo de ciudadanos burdos e incultos.

La secretaria, que a la vez era la amante del director sin que supuestamente nadie lo supiera, salió del despacho dando un portazo, pensando en que la llamaba hija de puta porque la mujer del director, que a la vez era la otra amante de la secretaria, le acababa de decir que su putilla del trabajo se iba a casar con el dueño del periódico. Y todo ello por que aquella mañana la secretaria y la mujer del director, pensando este que la mujer se encontraba de viaje de negocios, habían discutido por que quería pedirle al marido de esta, a la vez su jefe, un aumento de suelto por sus servicios extra.

Dejó caer su peso en la silla giratoria del escritorio de secretaria, todo ordenado al estilo de secretaria a la vez que decía - ¡Cabrona...!- La becaria y la ayudanta de becaria, que compartían novio sin saberlo, bajaron la cabeza indignadas, cada una pensando en que el director había confesado a su amante, que supuestamente nadie sabía que lo eran, que efectivamente tuvo un affaire con ella.

ps: jo! que agusto me he quedado! :)
ps2: que fuerte, que fuerte!!
ps3: post berri bat idatzi dut arratetxo.eun

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